miércoles, 7 de octubre de 2009

Chispa


Somos uno más en la familia. Es pequeño, negro (sin una mancha), tiene cuatro patas y mi hijo le puso de nombre Chispa. Su nombre podría indicar que es hembra, pero no. Chispa es un perrito y hace poco que forma parte de nosotros.

Podría parecer que su nombre es poco apropiado o convencional, pero no es lo único que se “sale” de los convencionalismos en lo referente a Chispa. Cuando decidimos aumentar la familia, pensamos que en vez de ir a una tienda de animales preferíamos preguntar por nuestra zona para ver si alguna perrita había tenido perritos o los iba a tener en breve. No hubo suerte. Luego miramos en la tiendas por si alguien había colocado algún cartel. Tampoco.

Cuando parecía que no tendríamos suerte, una amiga nuestra nos comentó que una chica era voluntaria en la ayuda a perros abandonados o que están en la perrera. A través de ella conocí la Asociación Patitas y allí pude ver lo que pueden hacer las personas con ganas y mucha sensibilidad.

Buscando encontramos a Chispa. Allí estaba, cuando vi su foto me di cuenta que ese era el nuevo miembro de la familia, y así fue. No tardamos en ir a buscarlo y desde entonces vive con nosotros.

Desde el primer día, Chispa demostró su instinto de grupo. Cuando le sacaba a pasear, me escondía para ver qué hacía. Al contrario de lo que se esperaba, en cuanto se veía solo, corría a buscarme y siempre me encontraba. Lo siguiente fue tirarle la pelotita. Este juego le encanta: la tiro, va a por ella, la trae, la suelta, y espera nervioso que la vuelva a tirar.

Chispa es un perro cariñoso. Se ha adaptado perfectamente a nosotros, y mi hijo está loco con él. No llegó de la manera convencional (comprándolo a una tienda o criador), no es de raza convencional, ni siquiera tiene un nombre convencional. Todo esto no nos importa en absoluto. Es un ser a su manera, y poco importa que no se ajuste a la costumbre, la cultura local o como quiera llamarlo.

A veces, no vemos más allá de lo que se nos ha enseñado como correcto o lo que debería ser. El problema es que lo correcto en mi zona, no lo es en otro lugar del mundo, lo cual lleva a la conclusión de que no es tan correcto, o al menos no lo es en el sentido que le damos como universal.

El ejemplo de Chispa es uno de tantos. Seguro que le viene a la cabeza muchos más. Sólo hay que salir a la calle y observar cómo nos comportamos en situaciones que se salen del “convencionalismo”, de la “cultura”, de “loquesea”.


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