jueves, 29 de octubre de 2009

Pero, ¿Quién mató a la Infancia?



Me gusta las analogías con el cine. Hace ya muchos años (en 1955), un señor llamado Alfred Hitchcock creó una obra de arte llamada "Pero, ¿Quién mató a Harry?".

En esta película, un cadáver es encontrado en el bosque y los vecinos del lugar especulan sobre quién y de qué manera mataron a Harry. La comedia está en que de tantas vueltas que le dan al tema, no se dan cuenta de lo que realmente pasó. No lo cuento por si alguno quiere ver la película.

Este tema me va "al pelo" de otro. Me refiero al tema de los planes de estudios de infantil y primaria que en estos momentos se aplican a los niños. Si los comparamos con los planes de una o dos generaciones anteriores, la diferencia en lo que al momento en el que se aplica un temario es notable. Además, como ocurría con Harry, nadie sabe cómo se ha llegado a este punto, pero lo cierto es que está ahí.

Hasta ahora me creía solo en pensar que se han adelantado demasiado los contenidos, pero hoy he visto una noticia que me da un poco de esperanza. Abajo os dejo el enlace del periódico El Pais, esperando que la aprovechéis al máximo.

Artículo El Pais

viernes, 23 de octubre de 2009

A veces hay que recurrir a sabios...

El otro día ví en CNN+ el programa El Debate. Hasta entonces siempre me ha gustado, pero aquel día aún más. Recomiendo verlo, ya que podamos al menos pensar en lo que está ocurriendo desde el punto de vista de José Luis Sampedro. Muy recomendable



viernes, 9 de octubre de 2009

Un video para reflexionar...

Sobran las palabras...



miércoles, 7 de octubre de 2009

Chispa


Somos uno más en la familia. Es pequeño, negro (sin una mancha), tiene cuatro patas y mi hijo le puso de nombre Chispa. Su nombre podría indicar que es hembra, pero no. Chispa es un perrito y hace poco que forma parte de nosotros.

Podría parecer que su nombre es poco apropiado o convencional, pero no es lo único que se “sale” de los convencionalismos en lo referente a Chispa. Cuando decidimos aumentar la familia, pensamos que en vez de ir a una tienda de animales preferíamos preguntar por nuestra zona para ver si alguna perrita había tenido perritos o los iba a tener en breve. No hubo suerte. Luego miramos en la tiendas por si alguien había colocado algún cartel. Tampoco.

Cuando parecía que no tendríamos suerte, una amiga nuestra nos comentó que una chica era voluntaria en la ayuda a perros abandonados o que están en la perrera. A través de ella conocí la Asociación Patitas y allí pude ver lo que pueden hacer las personas con ganas y mucha sensibilidad.

Buscando encontramos a Chispa. Allí estaba, cuando vi su foto me di cuenta que ese era el nuevo miembro de la familia, y así fue. No tardamos en ir a buscarlo y desde entonces vive con nosotros.

Desde el primer día, Chispa demostró su instinto de grupo. Cuando le sacaba a pasear, me escondía para ver qué hacía. Al contrario de lo que se esperaba, en cuanto se veía solo, corría a buscarme y siempre me encontraba. Lo siguiente fue tirarle la pelotita. Este juego le encanta: la tiro, va a por ella, la trae, la suelta, y espera nervioso que la vuelva a tirar.

Chispa es un perro cariñoso. Se ha adaptado perfectamente a nosotros, y mi hijo está loco con él. No llegó de la manera convencional (comprándolo a una tienda o criador), no es de raza convencional, ni siquiera tiene un nombre convencional. Todo esto no nos importa en absoluto. Es un ser a su manera, y poco importa que no se ajuste a la costumbre, la cultura local o como quiera llamarlo.

A veces, no vemos más allá de lo que se nos ha enseñado como correcto o lo que debería ser. El problema es que lo correcto en mi zona, no lo es en otro lugar del mundo, lo cual lleva a la conclusión de que no es tan correcto, o al menos no lo es en el sentido que le damos como universal.

El ejemplo de Chispa es uno de tantos. Seguro que le viene a la cabeza muchos más. Sólo hay que salir a la calle y observar cómo nos comportamos en situaciones que se salen del “convencionalismo”, de la “cultura”, de “loquesea”.